2012
Al paso de los años la Arquitectura Moderna resulta casi imperceptible ante la memoria colectiva tergiversando los valores fundamentales para los cuales fueron creados.
Existen pocos casos donde el inmueble sigue desempeñando su función inicial, al no tener registro de los procesos de diseño, la memoria de la cuidad se va perdiendo dando paso a tejidos y morfologías nuevas.
La valoración arquitectónica que se ha hecho del Patrimonio Moderno leonés, difiere en mucho en lo físico. El reconocimiento del Patrimonio arquitectónico ha sido muy variable y no se ha creado aún una conciencia en lo público o en lo académico sobre su importancia como conformador de una memoria necesaria de rescatar.
La obra del Arquitecto Agliberto Llamas Jiménez y de sus colonias de enclave como tejidos emergentes brinda una respuesta a una nueva ciudad, aun cuando no obedecen a su contexto social original, han vuelto a recuperar terreno y se han adaptado a la nueva condición urbana pero su enorme desconocimiento aún no permite su acoplamiento final en la memoria colectiva.
AGOSTO 2012 / JUNIO 2013
La influencia del movimiento moderno dejó una profunda huella para León, la experiencia moderna pregonaba una nueva vida para los mexicanos y ajustaría nuevos elementos en los preceptos canónicos modernos de los años 20s y 30s. Hoy en día, existe en nuestra ciudad poco conocimiento respecto de la experiencia moderna vivida en la arquitectura y el urbanismo producidos durante el siglo XX, las pautas específicas y los criterios de su valoración deben sustentarse en la reflexión sobre las particularidades y la dimensión del paisaje local que en su conjunto muestra un interés y una respuesta cultural a un fenómeno nacional.
En la siguiente investigación se tratará de hilar la producción arquitectónica del Movimiento Moderno con un sentido cronológico y paralelo con el primer crecimiento urbano de la ciudad de León, Gto. Es importante señalar, como la arquitectura moderna fungió como la respuesta a la expansión y como nueva cara de vanguardia como ciudad, gracias a la buena economía nacional y por ende local, la cual difícilmente pudiera repetirse en nuestro país, la arquitectura moderna refirió novedosas formas de habitar.
AGOSTO 2011 / JUNIO 2012
Hablar del concepto de “tejido” es, en sí mismo, una toma de posición en el abordaje de los problemas que aquejan a muchas ciudades latinoamericanas. El caso de la ciudad de León, engloba muchos de los síntomas contemporáneos relacionados con ese concepto. Es cierto que desde las décadas posteriores a los avances del estructuralismo italiano, la importancia del tejido físico de una ciudad ha sido un tema que paulatinamente ha,ido perdiendo significado y lo que es peor aún, ha dejado de ser necesario en la comprensión de las ciudades estableciéndose otros parámetros de tipo morfológico, pero no espaciales.
El tejido urbano, es sobre todo el grano de definición necesario para comprender las otras realidades mayores pero también es la huella digital del mayor o menor grado de salubridad del tejido social que sostiene la vida urbana.
León, Guanajuato, es una ciudad novohispana que desde sus orígenes en el año 1576 ha ido incorporando a su estructura urbana una cantidad importante de áreas construidas identificándose ciertos momentos característicos en su historia que han sido determinantes para alcanzar la configuración actual de descontrol y fragmentación no solo física sino social de su población.
Introducción
La ciudad de León a principios del siglo XX experimentó una etapa donde el cambio y el progreso urbano se dieron de manera lenta y poco dinámica, fue hasta mediados de este siglo, donde comenzará a aplicarse un proceso evolutivo provocado por el aumento de su población y el surgimiento de nuevas necesidades que propiciaron principalmente el surgimiento de nuevas actividades habitacionales, comerciales e industriales, las cuales contribuyeron finalmente a la construcción de un nuevo perfil urbano con carácter moderno.
Seria hasta finales de la década de los años sesentas cuando la Ley Reglamentaria del Artículo 4° de la Constitución Política del Estado de Guanajuato, demanda la creación de cuerpos colegiados de profesionistas, donde el profesional debe consolidarse. A partir de esta nueva reforma normativa, el gremio de arquitectos en León, surge la inquietud de constituir una Asociación Civil de Arquitectos, denominado posteriormente el Colegio de Arquitectos de León, A.C.
La historia y las entrevistas a distintos personajes del medio; Académico, Directores de dependencias del medio urbanístico, serán piezas claves para la consolidación de la memoria colectiva en los procesos de transformación de la ciudad en diferentes décadas.
(equipo de investigación)
M. Arq. Mariano Arreola Calleros
M. Arq. Juan de Dios Álvarez Montes
Psic. Lilia Martinez Padilla
Arq. Astrid Villarreal Pimienta
(Presidente del Colegio de Arquitectos)
Arq. Luis Felipe Carpizo Ituarte
Todos los leoneses podemos reconocer el valor de construcciones de centenarias como el templo de los Ángeles o la Catedral y muchos aprecian la gran labor constructiva de Luis Long, pero no se ha difundido con la misma profundidad el quehacer de los notables arquitectos que vinieron después de él e igualmente contribuyeron a delinear una personalidad en la urbe, como Vicente Urquiaga o Agliberto Llamas.
A ese necesario reconocimiento requiere contribuir tanto el proyecto de catalogación como este libro, que se nutre del amplio conocimiento y puntual observación de cinco destacados profesionales, que justamente han sabido cambiar la practica arquitectónica y la catedra: Mariano Arreola Calleros, Juan Bonilla Olmos, Carlos Flores Montufar, Alejandro Orozco Huerta y Salvador Zermeño Méndez.
La superposición de los estilos arquitectónicos que se puede percibir en el corazón de nuestra ciudad bien puede compararse con la lectura histórica que se puede extraer al examinar los anillos de un árbol. Ver como las construcciones paulatinamente incorporan nuevos materiales y técnicas, como se van adoptando para darle espacio a los automóviles y se van emplazando en nuevos rumbos, nos ofrece indicios de nuestro devenir como comunidad, los que en última instancia abona a nuestro patrimonio cultural.
Bienvenidos pues a este registro del patrimonio arquitectónico del siglo XX, que esperamos pueda ampliarse y continuar próximamente para abarcar el emplazado en otros puntos de la ciudad. Nuestra ciudad.
Carlos María Flores Riviera
Director General del Instituto Cultural de León.